jueves, 18 de septiembre de 2014

AZÚCAR MALO!



 Numerosos estudios han demostrado, que los efectos del azúcar en el organismo, pueden compararse en cuanto a toxicidad, al tabaco y al alcohol, ya que puede provocar no sólo sobrepeso sino también diabetes, entre otras enfermedades e incluso cáncer.

El consumo de azúcar se ha triplicado en los últimos años, convirtiéndose en un problema de salud pública, ya que ha pasado a ser un factor de riesgo muy importante a la hora de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer.



Y es que los efectos del azúcar pueden compararse con los del alcohol ya que sube la presión sanguínea, daña el hígado, altera el metabolismo y el sistema hormonal. También es el causante de síntomas enmascarados como fatiga, caries, molestias digestivas, etc…




Además produce dependencia, ya que al comer azúcar segregamos serotonina, “la hormona de la felicidad”, aportando una sensación de euforia instantánea.



El problema es que el azúcar está presente en muchos más alimentos de los que crees.

Ya que no sólo tenemos que contar con el azúcar que añadimos al café, yogurt, etc…sino que también tenemos que contar con el azúcar que está naturalmente presente en alimentos como la leche, frutas, verduras y añadida, en alimentos procesados, conservados y preparados como pizzas, congelados, enlatados, envasados, etc…

El azúcar impide adelgazar, ya que al comer azúcar, se libera insulina, una hormona segregada por el páncreas que regula la glucosa (azúcar) en sangre y ayuda a sintetizar las grasas. A mayor nivel de insulina, más grasa podemos almacenar en el tejido adiposo.

Además, la glucosa en sangre también se dispara con los alimentos azucarados, provocando lo que se conoce como picos de glucosa, que tal como suben, bajan, dejándonos con una sensación de ansiedad de comer provocada por el “bajón de azúcar”. Metiéndonos en una espiral de ansiedad de la que es difícil zafarse.



Con el tiempo, el exceso de azúcar, nos lleva a desarrollar lo que se conoce como resistencia a la insulina, que se produce cuando el organismo no responde adecuadamente a la insulina y la glucosa, en vez de llegar a las células, se acumula en sangre. Lo que puede provocar diabetes.

El azúcar se esconde en muchos más alimentos de los que imaginas: cereales del desayuno, galletas, bollería, alimentos procesados, dulces evidentemente, pero también salados como salsas, pan, embutidos.



El caco en polvo, las golosinas, mermeladas, chocolate blanco, galletas, refrescos, bollería y cereales para el desayuno, se llevan la palma.

Las salchichas tipo frankfurt, aperitivos como patatas fritas, gusanitos, salsa de soja, maíz, tomate frito, kétchup, pan de molde envasado, vinagre de Módena y la comida oriental serían los alimentos salados que más contenido en azúcar tienen.

Hay algunas cosas que puedes empezar a hacer para ir reduciendo poco a poco la cantidad de azúcar que consumes al cabo del día. Como por ejemplo ir reduciendo cada día la cantidad de azúcar que añades al café, yogures, cereales, etc…hasta que acostumbres tu paladar y puedas comerlos sin añadir nada de azúcar.

El chocolate, las galletas, dulces, bollería,… contienen mucho azúcar. Lo mejor es no tenerlos en casa.

Preparar los productos dulces: Magdalenas, bizcochos, galletas, etc… en casa. De esta manera puedes controlar la cantidad de azúcar que echas, e incluso sustituirlo por puré de frutas natural, por ejemplo.

En las ensaladas, aunque no lo parezca, también añades azúcar en forma de salsas como la salsa de yogurt, césar, vinagre de jerez, de Módena, etc…

Podemos reducir también los productos empaquetados, envasados o precocinados, siempre es más saludable la versión casera y nuestro cuerpo nos lo agradecerá.



Es importante que leamos las etiquetas cuando vamos a comprar y evitar aquellos alimentos que contengan azúcar o sacarosa, fructosa, glucosa…o todo lo que acabe en –osa.

Puedes sustituir el azúcar en las recetas de cocina por canela en rama, vainilla, nuez moscada, anís, clavo.

Es normal que sientas antojos de dulce, pero decántate mejor por una manzana al horno, o chocolate negro al 70% (una onza o dos), rodajas de piña desecada, por ejemplo.

Y por último, a la hora de endulzar prueba otras alternativas más naturales como: azúcar integral, miel, estevia, sirope de ágave.