martes, 18 de diciembre de 2012

EL AGUA DE LA VIDA:




El agua es vital para la supervivencia del ser humano. Nuestro cuerpo está formado por un 60% de agua y cumple numerosas funciones:
  • Regula la temperatura corporal,
  • disuelve y transporta las sustancias nutritivas a las células (el 92% de la sangre es agua), y mantiene el volumen de la sangre,
  • protege e hidrata nuestras mucosas y órganos vitales,
  • ayuda a convertir los alimentos en energía,
  • ayuda a absorber los nutrientes,
  • elimina las sustancias desechables y las toxinas, limpiando nuestro organismo,
  • amortigua las articulaciones,
  • y ejerce una función esencial en el balance hidroelectrolítico.


Por todo ello el agua es necesaria para mantener la salud.

Un hombre adulto debe de beber aproximadamente 2 l de agua al día.

Para que las funciones vitales se desarrollen con normalidad, el cuerpo humano precisa eliminar diariamente más de un litro de agua de su constitución a través de la orina y el sudor principalmente.  Para restablecer el equilibrio, el hombre tiene que reponer esas pérdidas bebiendo agua, directamente,  o ingiriendo otros líquidos o alimentos que la contengan. De lo contrario, se inicia el proceso de deshidratación. Un hombre puede estar sin comer alimentos sólidos durante 20 ó 30 días. Sin ingerir agua, sólo 3 ó 4.

¿Qué pasa si no bebemos la cantidad de agua recomendada?:

No nos vamos a morir de una deshidratación, pero…

Si no bebes suficiente agua no estás obteniendo todos los nutrientes beneficiosos de los alimentos que consumes, podrías padecer estreñimiento y hacer trabajar excesivamente a tus riñones porque no están suficientemente hidratados, puede verse afectado el proceso de evaporación de la piel que tu organismo utiliza para mantener fresco, no llega el suficiente alimento a tus células y órganos, lo que se traduce en un funcionamiento deficitario de todo tu cuerpo y por último, se acumularían desechos y toxinas en tu organismo, que acabarían intoxicándolo. Lo que se traduce en dolor de cabeza, falta de concentración y fatiga, etc …

Y … ¿por qué el agua es necesaria para adelgazar?

Beber de 1,5 a 2 l de agua al día, no sólo nos mantiene saludables, sino que nos ayuda a perder peso por varias razones.

La primera razón y más obvia, es porque calma el apetito, ¡pruébalo! Cuando tengas hambre, bebe dos vasos seguidos de agua, ya verás como se calma; es debido a que tu cerebro no distingue entre hambre y sed y muchas veces lo que ocurre es que si no estás consumiendo agua suficiente cada día y tienes sensación de hambre, lo más probable es que tu cuerpo realmente esté pidiendo agua.

Estudios recientes han demostrado que un mayor consumo de agua, ayuda a aumentar el metabolismo y por tanto las quema de calorías. Según el equipo dirigido por Michael Boschmann, del centro de investigación clínica Franz-Volhard de Berlín este efecto, aunque real, no deja de ser modesto, por lo que el aumento de consumo de agua sólo debe ser considerado como un factor coadyuvante más en el marco de un plan de adelgazamiento serio.

Pero… ¿exactamente qué es la retención de líquidos y cómo sé yo que la tengo?:

Es un trastorno metabólico que consiste en la acumulación de agua en el organismo.
Se produce por un desequilibrio en el nivel de líquidos del organismo, cuando los vasos sanguíneos vierten demasiados líquidos sobre los tejidos corporales o cuando estos líquidos quedan retenidos en los tejidos y no vuelven a los vasos sanguíneos.

Normalmente esta acumulación se produce en el vientre, piernas y en las manos.

Las causas son muy variadas, desde enfermedades, el embarazo, la edad, la mala circulación, trabajos que obligan a permanecer varias horas de pie....

¿Qué puedo hacer para evitarla?

Lo fundamental y más obvio es ingerir al menos 1,5 l de agua al día, mejor si son 2.
Intentar no permanecer muchas horas seguidas de pie o sentado, y si eso no es posible, hacer miniejercicios de piernas de vez en cuando, como ponernos de puntillas varias veces seguidas (tanto de pie como sentado), no permanecer cerca de fuentes de calor que empeoran la circulación, disminuir la ingesta de sal, evitar el alcohol, el tabaco y a ser posibles algunos medicamentos como los antiinflamatorios y tomar alguna infusión de plantas diuréticas (cola de caballo, estigmas de maíz, diente de león) o algún complemento alimenticio que las contenga, en las épocas de más calor, durante la menstruación, o cuando te sientas más hinchada.
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