Hoy quiero resaltar este recurso culinario por ser una manera excelente de introducir en nuestra alimentación diaria los nutrientes que necesitamos.
Las sopas, especialmente las sopas de verduras, contienen una gran variedad de alimentos y nos ofrecen una manera rápida y sencilla de asegurarnos el aporte diario de vitaminas, sales minerales y agua.
Al comer verduras cocidas, muchas de las vitaminas y sales minerales que contienen pasan al agua de cocción, que después desechamos. Pero en el caso de las sopas, al comer también ese caldo de cocción, aprovechamos hasta el último nutriente que de otra forma no podríamos.
Además nos proporcionan también muchos beneficios para nuestra salud:
En la sopa se encuentran vitaminas, minerales, fitoquímicos, antioxidantes y compuestos azufrados, indispensables para mantener el equilibrio de nuestro organismo.
Ayudan a mantener el calor corporal, tan preciado en esta época del año.
Ayuda a equilibrar la dieta, porque podemos reunir en un solo plato varios alimentos.
Tienen poco contenido calórico, ya que las verduras contienen pocas calorías y el caldo prácticamente ninguna. De manera que una ración de sopa aportará como máximo 150 kcal, dependiendo claro de los ingredientes que escojamos.
Una característica muy interesante para aquellas personas que están siguiendo una dieta de adelgazamiento o simplemente quieren adelgazar un poco, es que provocan sensación de saciedad. De tal manera que tomar un caldo caliente antes de empezar a comer o elegir una sopa de verduras como primer plato en un menú de control de peso, contribuirá a que comamos menos cantidad del plato principal.
La sopa disminuye la densidad energética de la dieta. La densidad energética es la relación existente entre el volumen y las calorías aportadas por la dieta, a mayor volumen y menor contenido calórico, menor densidad energética. En el caso de la sopa, al tener alto contenido en agua y muy pocos alimentos sólidos, tiene una densidad calórica baja, es decir, pocas calorías por porción. Esto convierte a la sopa en una gran aliada de las dietas de adelgazamiento.
Dependiendo de las verduras por las que optemos, podemos conseguir un efecto diurético eficaz. De esta manera el apio, el nabo, el puerro, la cebolla, calabacín, perejil, espárrago… son algunas de las verduras más diuréticas, así que échalas en tu sopa si tu objetivo es perder peso!
En mi blog iré publicando recetas de sopas de verduras que contengan como hemos visto, pocas calorías y tengan propiedades beneficiosas para nuestro organismo y para adelgazar.
Pero antes de acabar quiero daros un par de consejos a la hora de la preparación que son:
- Los alimentos deben ponerse a cocer en agua fría, para que las sustancias pasen al líquido, (al contrario que cuando cocemos verduras, que debemos echarlas cuando el agua está hirviendo para que la pérdida de vitaminas y sales minerales sea menos).
- Echar la sal al principio, porque acelera la salida de los jugos al caldo.
Así que vamos a poner de moda otra vez la famosa frase del anuncio:
¡¡QUIERO UNA SOPA!!