Un antioxidante es una molécula capaz de retardar o prevenir la oxidación o envejecimiento de las células.
Los radicales libres son los responsables del envejecimiento de las células, están presentes en nuestro organismo de manera natural, pero hay determinados factores externos que pueden acelerar su actividad o aumentar su número.Los antioxidantes luchan contra los radicales libres en una carrera por la salud y por retrasar el envejecimiento, ya que el aumento de los radicales libres no sólo provoca un envejecimiento de nuestro organismo sino también numerosas enfermedades.
Los factores que pueden ocasionar un aumento de los radicales libres son muchos, y nos los encontramos continuamente: la contaminación atmosférica, el estrés, el humo del tabaco, aditivos, aceites vegetales, alcohol, radiación, rayos ultravioletas, pesticidas; sólo por nombrar los más comunes.
Depende de nuestro estilo de vida, del lugar dónde vivimos o de lo que consumimos, aumenta o disminuye el número de radicales libres que nos afecta cada día y con ello la posibilidad de contraer enfermedades crónicas o por lo menos, de llegar a la vejez con más o menos calidad de vida.
Podemos intentar reducir nuestra exposición a estos radicales libres, pero no siempre lo conseguimos.
Lo que sí podemos es introducir en nuestra vida y hábitos diarios los antioxidantes que los combaten y de esta manera reducir su número y su actividad. Es como si tuviéramos que defender una fortaleza, cuántos más soldados tengamos, mejor la defenderemos.
Estos antioxidantes podemos encontrarlos en muchas vitaminas, minerales y sustancias fitoquímicas y consumirlos con frecuencia. Los alimentos que contienen más antioxidantes, son frutas, hortalizas y vegetales:
- Betacarotenos: Precursores de la vitamina A. Los betacarotenos son los responsables del color de las verduras y frutas, por tanto podemos encontrarlo en los vegetales de color: zanahorias, espinacas, berro, borraja, tomate, calabaza, pimiento rojo, remolacha, perejil. Podemos introducir estos vegetales a diario en ensaladas, purés o cremas, sopas y guisos.
- Vitamina C: Los cítricos contienen mucha vitamina C (naranjas, limones, pomelos, etc...) Podemos introducirlos comiendo una pieza de fruta rica en vitamina C al día o en zumos. Los pimientos también contienen mucha cantidad de esta vitamina.
- Licopeno: es el componente al cual deben su coloración los tomates. Aparece en los tomates frescos, pero especialmente en los cocinados, dado que la cocción ayuda a liberar este elemento y facilitar la absorción por el organismo.
- Glutation: El brócoli es el vegetal que lo contiene en mayor cantidad. este vegetal además es muy interesante nutricionalmente por contener muchas vitaminas. Lo ideal es comerlo crudo en ensaladas o al vapor, para que la pérdida de vitaminas no sea excesiva. Otros alimentos ricos en este componente son: el ajo, la patata, las espinacas, el maíz.
- Clorofila: son un grupo de pigmentos verdes que aparecen en los vegetales verdes; cuanto más verde sea un vegetal, más clorofila tendrá: espinaca, lechuga, acelga, perejil, etc. Las algas verdes y los brotes de trigo también contienen mucha clorofila. Las algas podemos añadirlas a las sopas y los brotes de trigo a las ensaladas.
- Vitamina E: Presente en aceites vegetales, en vegetales ricos en aceite (aguacate, nueces, cacahuetes,etc) y verduras de color verde (guisantes, lechuga, etc...). Podemos aportar vitamina E cada día a nuestra alimentación, aliñando las ensaladas y verduras cocidas con un chorrito de aceite de oliva, o comiendo un puñado de frutos secos a media mañana.
- Flavonoides: Son compuestos polifenólicos que aparecen en frutas y verduras y en algunas bebidas, como el té, la cerveza o el vino. Entre estos compuestos el más importante es la quercitina que aparece en muchos alimentos vegetales como el ajo, la cebolla, la manzana, la col, la pera, las espinacas. Otros flavonoides importantes serían la genisteína de la soja, la hesperidina de los cítricos ( naranjas, limones, pomelos, etc.), la curcumina de la cúrcuma, o los polifenoles del té verde.
- Cobre: que además de ser un potente antioxidante, potencia el sistema inmunológico. Una buena fuente de cobre la encontramos en los frutos secos; como las avellanas, y en las legumbres.
- Zinc: Alimentos ricos en zinc son: el apio, los espárragos, las borrajas, los higos, las patatas, las berenjenas y los melocotones.
- Selenio: Alimentos ricos en selenio son: la avena, el arroz integral, los melocotones,etc. Forma parte de uno de los antioxidantes más potentes: la superóxido dismutasa ( SOD).
Como veis, al final, la mejor manera de mantener nuestra salud y nuestro organismo en buen estado es haciendo un aporte diario de frutas y verduras, e introducir también diariamente frutos secos, especias y aceite vegetales.